Semana 24

Hace un par de días mi esposa y yo fuimos al doctor y tuvimos nuestra cita de la semana 24. La verdad te recomiendo vayas a todas las que puedas, llama al trabajo y di que estás enfermo (digo, lo has hecho para ver netflix o no?) o más fácil, pide permiso.

Nosotros ya tenemos citas separadas, una con el ginecólogo y otra con el especialista en ultrasonido (perionatólogo me dice mi esposa que se dice). El ginecólogo se encarga de que tu señora esté bien, por ejemplo en esta cita de la semana 24 revisan el azúcar en la sangre de la mamá para ver si tiene diabetes gestacional (o algo así) y si le tiene que bajar a las malteadas y pasteles con helado de vainilla y trozos de galleta, y el especialista se encarga de los bebés, no es que no le puedes preguntar algo de la mamá al especialista o viceversa, pero al parecer así le hacen.

Ésta ya fue como la cuarta cita de ultrasonido, depende de cada caso cuántas veces vayan, pero creo con gemelos es más seguido y ya cuando se acerca la fecha final son hasta cada semana. En esta cita, como las pasadas, la enfermera técnica de ultrasonido nos recibió primero, le embarró gel en la panza a mi esposa, bajó las luces a un nivel romántico y se puso a trabajar. Bueno, a intentarlo, pobre chava, era su primer día y la verdad se veía. Como que no le sabía mucho a la máquina y se tardaba horas en encontrar lo que quería ver de los bebés. En el ultrasonido usan un aparato en la mano pegado a la panza y así van viendo qué pasa adentro, esta chava parecía que estaba haciendo mole de olla porque le movía y le movía sin parar, y entre chiste y chiste para alivianar sus nervios pudo acabar, no sin antes recordarle que le había faltado ver algo. En fin, vimos a los bebés bien a gusto cada uno en su lugar, y qué bueno, que aprovechen porque ya mero se van a empezar a pelear por espacio y ahorita no hay ni cómo regañarlos.

La enfermera midió otra vez casi todo de cada bebé, creo sólo le faltó el dedo índice. Midió la cabeza, un hueso de la pierna y el abdomen para saber el peso de cada bebé. También revisó el estómago, los riñones, la vejiga y el corazón para confirmar que todo venga bien. La verdad mis respetos para ella y el doctor, en general mi esposa y yo sí podíamos ver bien la silueta de los bebés, un poco sus caras y la columna vertebral, pero ellos veían cosas que no entendía nada. Yo veía algo parecido a estos cuadros famosos de los 90’s (¿quién no tuvo uno o dos o tres de estos en la pared de su cuarto?).

(aquí se ve… no tengo idea qué se ve, ya perdí la práctica y espero no sea algo ofensivo).

Conforme van moviendo el aparato de ultrasonido sobre la panza de tu esposa te van diciendo qué ven y tu nada más confirmas con la cabeza o le dices un polite “yes, yes” o “wow”, veas algo o no veas nada. Lo curioso de esta cita es que los bebés al parecer ya pueden sentir o escuchar las ondas de la máquina y obviamente no les gusta mucho y se voltean, casi como el sonar de los delfines con un barco de caza japonés, sólo que en este caso no le pasa nada a los delfines, sólo te dan la espalda. La máquina de ultrasonido es bastante interesante, aquí hice un diseño con todas mis habilidades del powerpoint para darte una idea. Lo que sí sé es que los que manejan estas máquinas seguro te dan tres vueltas en cualquier juego de bar.

Creo que es práctica común entre los doctores, pero a nosotros nos dan fotos y dvd de los bebés y de lo que vieron en cada cita. Asegúrate de pedirles que tomen fotos, así para que hagas un video para su cumpleaños 18 y los avergüences frente a toooooodos sus amigos, seguro les va a encantar.

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